Camión de helados folla con una zorra rubia tetona
Vendo helados con mi amigo y, como suele suceder, algunas personas se vuelven caras familiares cuando pasan todos los días a comprar helado. También es una buena manera de conocer chicas lindas y divertidas. Había una rubia que seguía volviendo y la encontré bastante buena. Un día dejó claro que quería tener en la boca algo más grande que una paleta. Ella mostró sus grandes aldabas y verlas me puso muy cachondo, así que le dije que se encontrara conmigo atrás. Dejé a mi amiga trabajando mientras yo cuidaba a este bombón de tetas y ella se encargó de mi erección de inmediato. Por la forma en que lo estaba chupando, me di cuenta de que le gustaba mi tamaño, que era una cantidad adecuada de caramelo duro para llenar su boca hambrienta de polla. Esta chica sabía lo que hacía, así que hacía maravillas con su lengua y la garganta profunda era muy sencilla. Pero tenía mis ojos puestos en otra cosa: sus grandes tetas estaban hechas para una cubana, así que quería que me sacudiera la polla así antes de entrar en su desagradable agujero como se merece.
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Estaba tan comprometida en poner mi polla dura como una roca que me dejó follar su cara de mala calidad hasta el punto de hacerme llorar. Estaba tan desordenado que la gente que estaba comprando helado frío nos vio a través del mostrador, así que salieron afuera, escondiéndose detrás del camión. Debió haberle encantado el sabor de mi polla porque no pudo evitar ahogarse con ella una y otra vez. Después de un tiempo, finalmente giró su trasero para una paliza al estilo perrito. Pero eso no duró mucho porque ella no podía dejar de gemir y éramos demasiado obvios para las personas que nos rodeaban, así que volvimos a la camioneta. Lo mejor de esta chica es que le encantaba tanto montar pollas que no tuve que molestarme en hacer nada, así que ella se puso encima de mí en posición de vaquera y le taladró el coño usando toda mi longitud. Desde mi punto de vista, el verano está en pleno apogeo y esto era justo lo que necesitaba después de un largo día caluroso. Mientras ella estuviera haciendo lo suyo, no me importaba en qué posición estaría. Pero no hace falta decir que podía hacerlo todo e incluso atender a los clientes mientras usaba mi herramienta. Después de algunos ángulos más y una larga sesión, sentí que estaba a punto de terminar con esto. Ella me hizo una paja que me hizo correrme y salpicarle la cara y las tetas. Cum todavía goteaba de su cara sobre sus grandes tetas. ¡Parecía una puta!