No hay tiempo para hacer yoga cuando puedes hacer sexo y heavy metal
Angélica lo único que quería hacer era relajarse con algunos ejercicios de respiración y estiramientos de yoga, pero su hijastro Jordi estaba ocupado tocando la guitarra. Sube el volumen al máximo y destroza su guitarra sin miramientos. La madrastra MILFy irrumpe en el garaje exigiéndole que se calle. Pero si él no escucha, ella tendrá que distraerlo. De pie frente a él, ella se quita los pantalones de yoga, dejando al descubierto su flexible trasero. Su hijastro inexperto se endurece inmediatamente y Angélica lo nota. Saca la molesta carne y la chupa con su culta boca. Sus labios se aprietan firmemente alrededor del eje mientras acaricia al cerdo y lo acaricia con su lengua. Impulsado por la sensación, Jordi intenta convertirla en nueva música y vuelve a tocar la guitarra. Su madrastra le quita el cordón sin piedad y le exige que le preste atención cuando se porta bien con él. Dejando a regañadientes su tesoro, escucha a la mujer mayor. Ella levanta sus mejillas traseras, inclinándose como un gato en celo. Él responde de la misma manera y llena su tubo de amor por detrás, sacudiéndola como una canasta al estilo perrito.
COJO O TRATE:
Él flexiona sus caderas para darle la máxima cantidad de energía que puede reunir. Su madrastra se libera y ahora está tumbada boca arriba. La bella mujer desnuda acaricia sus pechos maternos y se desliza sobre su clítoris invitándolo a avanzar sin decir una palabra. Él se sumerge y se hunde entre sus piernas bronceadas. Él desciende a sus misterios y encuentra el lugar del que ella obtiene el mayor placer. Su juego misionero continúa, pero incluso las cosas buenas se vuelven repetitivas. Poco a poco, Angélica sube, apretando su espalda contra el suelo. Ella se sienta en sus entrañas y reclama su virilidad para sí misma. Sentada como una vaquera orgullosa, sacude su cintura como las lánguidas olas del mar. Aturdido por la vista desde abajo, Jordi permanece quieto, permitiéndole empujar hacia arriba y hacia abajo como le plazca. Su madrastra no tiene reparos en querer saltarse esa carne. Cuando ella comienza a tener un orgasmo, su coño sufre espasmos y agarra su eje. Entonces su propio orgasmo lo golpea y se corre en un poderoso géiser de semen. La fuerza de su squirt es tan grande que la hace volar fuera de su polla. ¡Su coño es tan bueno que Jordi hará lo que mamá diga!