A la conservadora del museo del sexo le encanta atender todas las necesidades de una joven investigadora
La explosiva rubia Karina trabaja en el museo del sexo local y ama su trabajo. Lo que más le gusta es cuando vienen chicos jóvenes y cachondos. Cuando Jordi la visita, hambriento de… conocimiento… ella le ayuda a encontrar justo lo que busca, ¡y no sólo libros polvorientos! Ella capta algunas miradas suyas aquí y allá y, si es honesta, le gusta un poco. El chico quiere probar las posiciones que ve en las cartas xxx. Ella le hace un favor al dejar que la folle en seco por detrás. Sin embargo, la siguiente postal muestra a un niño tocándose un par de senos grandes. “¿Quieres probar esto también, Jordi?” Karina pregunta tímidamente. Se desabrocha su elegante camisa rosa para revelar un par de pechos grandes en un corsé ocre. No hace falta decir que el niño está atónito. Él agarra esas tetas y comienza a jugar con sus pezones hinchados. Un minuto después, la nena sexy siente el bulto en sus pantalones. La curadora está de rodillas, explorando su joven polla. Ella hace comentarios en broma acerca de que su polla es la última adquisición del museo y, vaya, qué pieza es. Apenas cabe dentro de su garganta. Se quita las gafas para que no le impidan chupar. El chico saca su polla y la obliga a apretarla entre sus tetas.
COÑOS JÓVENES SON TRABAJADOS POR TODAS LAS POLLAS ENORMES:
Después de follárselas un rato, él insiste en que ella se levante para darle un poco de coño entre las islas de libros. Quiere tener toda la iniciativa pero evidentemente no tiene experiencia. Por eso Karina hace que él se pare detrás de ella y se agache. Él entra en su coño por detrás, golpeando su culo contra la isla. Mientras se la folla, se inspira en los libros que siguen cayendo por todos lados. Más tarde, la conservadora del museo lo traslada a un sillón, donde se sienta a horcajadas sobre él. La bella mujer desnuda cabalga esa polla joven, golpeándola con fuerza y chorreando sobre él. Él tiene sus manos sobre sus senos, jugando con sus pezones, empujando dentro y fuera de ella. A Jordi le gusta mucho haber tenido por fin la oportunidad de probar todo lo que ha visto en los libros. Él la abraza, se la folla a la vaquera inversa e incluso se las arregla para hacer la posición del martinete con el culo boca abajo en el sofá. A la curadora del museo del sexo le encantan las acrobacias, pero lo que más le gusta es el esperma joven y caliente en sus labios. Mientras salta en la posición del asiento caliente, siente que el chico está a punto de correrse. Ella se arrodilla y lo pajea hasta que se corre. “¿Quieres otro libro, Jordi?” murmura mientras el esperma gotea por su cara.