A Sofi, una chica de grandes pechos, le encanta satisfacer a sus clientes, sobre todo cuando su vecina está mirando
Sofi estaba haciendo yoga en su sala de estar, y eso no era nada inusual, pero lo hacía en topless y para su cliente. Esa fue una vista magnífica ya que tenía esos melones grandes que eran cien por ciento naturales. Le encanta cuando rebotan por todos lados y definitivamente está orgullosa de ellos porque le dan toda la confianza que necesita. Bueno, en pocas palabras, Sofi es una trabajadora sexual. La zorra tetona estaba entreteniendo a su cliente, estirándose sobre su equipo de yoga y haciéndole una mamada cuando su nuevo vecino apareció afuera. Ella lo notó y después de una pequeña charla, entró para terminar el trabajo. Ella estaba atragantada con esa polla y casi se ahoga. Por supuesto, ella quería que le follaran las tetas y también le habló sucio a su cliente porque a los hombres les gusta mucho eso. Su vecina todavía estaba afuera mirando. Ella remató a su cliente, haciendo que el chico se corriera sobre sus grandes tetas. Le limpió la polla en la cara y se fue. Sofi salió a invitar a la vecina. Una cosa pasó a la otra, y ahora Sofi le estaba chupando la gran polla a su vecina. Ella estaba chupando esas bolas profundamente. Después de empalarse en su dura polla, susurró: «¿Te gusta la vista?» y balanceó sensualmente sus tetas. El hombre agarró sus senos oscilantes y comenzó a golpearla profunda y rápidamente. Estaba montando a ese caballero con tanta fuerza en vaquera inversa, y sus líneas de bronceado en esos grandes tidis naturales eran tan hermosas, especialmente porque sus tidis se balanceaban salvajemente. Se la estaba follando en modo misionero, acariciando felizmente sus tetas. La folló vigorosamente durante unos minutos, susurrando: «Eres tan hermosa: tus tetas, tu culo, tu coño devorando mi polla». Aún acariciando sus pechos, la puso a cuatro patas. Sofi gritó tan fuerte como pudo.