Inventé una pelea con mi novio para tener sexo de reconciliación.
Sabes que no hay nada mejor que un poco de sexo de reconciliación después de una buena pelea. Ese polvo suplicante, desesperado, frustrado que sólo puede salir cuando una pareja desahoga toda su energía tras una discusión. Me gusta estallar por algún problema menor y luego ignorarlo mientras suplico y me disculpo. Entonces le preparé una trampa a mi novio. No se dio cuenta de todo desde el principio. Al principio quería hacer las cosas bien y, al mirar mi cuerpo delgado con tatuajes sexys y ese trasero seductor, no pudo evitar enterrar su rostro entre mis nalgas. Fingí jugar un videojuego mientras él babeaba por todos mis agujeros cuando, en realidad, estaba perdiendo la cabeza de tanto estar tan cachonda. Levantando un poco mi trasero en el aire, le hago saber que quiero que me quite los pantalones y las bragas. Su cara permaneció encajada entre mis nalgas, abrió mucho la boca y tomó los labios de mi coño dentro de su boca. Los chupó, dejando que su lengua los lamiera por dentro y por fuera, su lengua moviéndose arriba y abajo entre los labios de mi coño. Empujé mi trasero hacia su cara. Fue entonces cuando notó la cámara lista para filmarnos y fue cuando finalmente le confesé mis verdaderos deseos. Naturalmente, no necesité decírselo dos veces. Agarró la cámara y volvió detrás de mí. Su enorme polla deslizó bolas profundamente dentro de mí porque estaba muy mojada. Sólo unos segundos después, estaba boca abajo golpeando mi coño. Lo quería aún más profundo y más fuerte, así que me puse de rodillas y codos al estilo perrito. Sentí su dura polla moverse completamente dentro de mí, empujaba su pene hacia adentro y hacia afuera cada vez más rápido. Y cada vez que él disminuía la velocidad, yo continuaba impulsando el ritmo, sin querer parar. Luego, antes de que empezáramos a cambiar de posición y cambiar las cosas, tomé su eje con mis labios. Le di la mamada más descuidada de mi vida, follándome la polla con la boca, babeando sobre él y atragantándose con su polla. Me gusta mucho la sensación de una polla caliente entrando y saliendo de mi boca. Su polla terminó aún más resbaladiza y dura cuando salté encima en posición de vaquera. A partir de entonces no hubo descansos. Cuanto más fuerte cabalgaba, más fuerte saltaba sobre su erección, queriendo empalarme por completo. Me corrí numerosas veces antes de que explotara sobre mí.