Mi hermanastra me agarró la polla y me hizo follármela en el baño.
Tengo un verdadero problema con mi hermanastra cachonda Kimberly. Esta rubia atrevida tiene una mente sucia y ojos traviesos. Recientemente, comencé a verlo centrándose cada vez más en mi cuerpo. Justo hoy me invitó a su habitación para mostrarme algo y al minuto estábamos en su cama y ella estaba tocando mi erección. Me asusté cuando papá casi entró en la habitación. Me escapé por la ventana. Ella ni siquiera se inmutó, así de enojada estaba. Más tarde estaba en el baño y ella irrumpió sin llamar. Dios mío, estaba mostrando sus bonitas tetitas como si nada. Preciosa Kimberly de pies a cabeza, grandes tetas, una cara preciosa, su culo es firme, redondo y sus mejillas bien formadas. Mientras intentaba taparme los ojos, mi hermanastra cachonda se arrodilló, me bajó los pantalones y empezó a chuparme. No pasa un minuto y ella se levantó y giró su trasero desnudo hacia mi cara. A Kimberly le gustaba abrir sus nalgas en mi cara, tocar su dulce coño y decir que es todo mío. Finalmente me relajé y cedí. La zorra loca quería la polla de su hermanastro, ¡y seguro que la consiguió! Entré en su coño por detrás mientras ambos estábamos de pie. La agarré por los codos con una mano y le tapé la boca con la otra. Sus hermosos pezones rosados rebotaron cuando levanté una de sus piernas sobre el asiento del inodoro y la golpeé implacablemente. ¡Mis bolas golpeaban su clítoris con fuerza, haciéndola chorrear sobre mi polla! El juego de pasión nos llevó al suelo, donde mi hermana desnuda me montó como una estrella porno. Abrí bien los labios de su coño para ver mi polla entrar en ella. Ella me dio la vuelta solo para mostrarme su culo afeitado y arrugado. Luego se acostó en el suelo y comenzó a jugar con su clítoris y a abrir los labios de su coño para mí. Su cara bonita y su enorme agujero me hicieron correrme después de unas cuantas embestidas más en su coño. Supongo que ahora soy adicto al dulce coño de mi hermanastra.