Mi hermanastra salvavidas me hizo una mamada y luego me dejó follarla
Mi hermanastra carolina es un desastre. Siempre le pide a alguien que haga el trabajo por ella y se arrastra pidiendo dinero, pero esta vez nuestra gente se negó a darle dinero de bolsillo, así que tuvo que ganárselo ella misma por primera vez. Cuando descubrió cuánto gano con mi trabajo como salvavidas, siguió molestándome para que dijera algo bueno para conseguir que la contrataran y no pude despedirla. ¡Diablos, no! De ninguna manera voy a trabajar con ese dolor de cabeza todos los días, ella es vaga y arruina todo de todos modos. Pero no hay nada que esa perra no haría para conseguir lo que quiere. Ella comenzó a frotar su trasero contra mi herramienta dándome un baile erótico y no se detuvo hasta que sintió que estaba duro como una roca. Esa pequeña descarada sabía cómo usar su trasero para salirse con la suya, así que me derrumbé y acepté ayudarla. Consiguió el trabajo gracias a mí y claro, llegó tarde el primer día y encima ¡ni siquiera tuvo la decencia de agradecerme! Sólo para que ella sepa que a veces fantaseo con ella, me hace una mamada rápida y sale corriendo.
LAS HERMANASTRAS NO PUEDEN CONTROLAR SU DESEO SEXUAL ADOLESCENTE:
Como era de esperar, arruinó las cosas, flojeó en el trabajo y se metió con todos los chicos del turno. Cuando se lo dije, supo que quería algo más. Ella mostró sus pequeñas tetas y en un abrir y cerrar de ojos tuve una erección. Lo siguiente que supe fue que ella estaba en mi polla chupando esa cosa tan bien. ¿Quién sabe cuántas pollas pasaron por su sucia boca? Luego me mostró su coño mojado y empezó a empalarlo en posición de vaquera, dándome un POV para morirse. Sus turgentes tetas rebotaron frente a mi cara y agarré sus pezones con mis manos. Podía sentir su joven y apretado coño agarrando mi polla y mientras la empujaba cada vez más fuerte. Por muy pervertida que fuera, seguía regresando con su boca para probar su propio sabor en mi pene y volver a meterlo dentro de ella para otra ronda. La mejor parte fue cuando me la follé al estilo perrito y pude dirigir el espectáculo. Su trasero era como una zanahoria en un palo en esta posición y me mantuvo adelante, rompiendo ese agujero de carne de la manera que necesito para sentirme complacido y aprovechar esto al máximo. Cuando se mojó tanto, su arranque se llenó de jugos y tuvo la oportunidad de disfrutar esa vista en modo misionero. Mi polla palpitaba por la sensación de calor en su interior y el suave deslizamiento hacia adentro y hacia afuera. Cuando estaba a punto de estallar, ella lo sacudió con fuerza y rápidamente mi semen estuvo en sus labios. Me retiro y me maravillo de su amado rostro, sonriendo y cubierto de semen, ¡con su lengua pasando por sus labios para saborearlo!