No me tomó mucho tiempo llenar el coño de esta chica tatuada con mi semen.
Vi a esta chica junto a la piscina luciendo tan ruda con sus tatuajes. Estaba tatuada por todo su cuerpo atlético y se desató un escenario infernal. En contraste, este nocaut absoluto tenía una cara de muñeca que creaba una increíble mezcla de lindo y duro. Sus grandes tetas eran falsas pero aun así lucían increíblemente redondas y perfectamente alegres. Hacía mucho tiempo que no veía una pieza tan buena y lo mejor es que fue lo suficientemente guarra como para venir enseguida a mi casa. Se notaba que tenía experiencia, pero no me importaba, era más o menos de mi tamaño. Lo primero que tuve que hacer cuando la traje a casa fue tocar esas grandes aldabas. Los apreté y jugué con ellos sólo para disfrutar de esa piel suave y esos pezones duros y redondos. Luego la coloqué en el sofá, abrí sus piernas y vi un lindo triángulo recortado apuntando a su lindo y sonrojado coño que literalmente pedía un tratamiento en la lengua. Bromeé con su clítoris con un cunnilingus suave y húmedo y trabajé alrededor de él para mejorar la sensación. Pero quería follar esa cara de muñeca y ver lo bien que se veía con mi polla en la boca. Perforé esa bonita garganta tan profundo como pude sosteniendo su cabeza y empujándola hacia adentro para que esa perra se la tragara. Gimiendo fuerte, mis puños agarrando su cabello con más fuerza, sentí su mano ahuecando y apretando mis bolas llenas de semen. Pero sus tetas todavía me llamaban la atención, obsesionándome por completo y quería una cubana de esas sirenas increíblemente calientes.
EL MEJOR SEXO CON LAS CHICAS MAS CALIENTES:
Finalmente me metí en su coño con mi coño palpitante en modo misionero y la follé fuerte desde el primer momento, porque desde mi punto de vista esta guarra tenía un cuerpo hecho para follar. La nena tetona estaba rogando y gritando tanto y ansiando mi semen que mi polla explotó dentro de su coño. Sus muslos temblaban y su coño ordeñaba mi carne y podía sentir mi pulso dentro mientras disparaba una y otra vez llenando su vagina con semen pegajoso. La llené con un enorme creampie y pronto estábamos listos para otra ronda, solo ella marcaba el ritmo. Además de eso, la nena estaba montando mi herramienta en una vaquera inversa y disfrutando lentamente de cada centímetro. Pero mis nervios estaban al límite y la estaba empalando cada vez más fuerte en todas las posiciones posibles. Apretando sus grandes tetas en mis manos, ordeñando los pezones, la follé tan fuerte como pude. Lo mejor fue en una pose estilo perrito donde destruí por completo su agujero de carne, empujando a mi bestia sin piedad mientras ella gemía y anhelaba más. Las vibraciones recorrieron mi polla mientras explotaba, corriéndome violentamente contra la parte posterior de su garganta, golpeando su boca mientras ella gemía y se tragaba mi grueso eje. ¡Ella gimió y gimió, tragándose cada gota!